Desde la revolución industrial nuestro consumo energético se ha disparado incontrolablemente. La mayoría de la energía que consumimos es aportada por energías fósiles como el carbón y el gas natural. Recientemente han habido muchos debates sobre las polémicas formas de extraer gas natural. Fractura hidráulica o Fracking, describe la sustracción de gas, desde las capas profundas dentro de la tierra.
Con este método, la roca porosa se fractura con la ayuda de agua, arena y químicos para liberar el gas natural atrapado. La técnica de fracking se conoce desde la década de 1940. Sin embargo, solo en los últimos 10 años ha ocurrido una gran "explosión" del fracking especialmente en Estados Unidos. Esto debido a que las fuentes más convencionales de gas natural en Norteamérica y Europa se han agotado.
Por tanto, los precios del gas natural y otros combustibles, suben constantemente. Notablemente los métodos complicados y caros, como "Fracking", se han vuelto más atractivos y rentables. Mientras tanto, el fracking ya se ha usado más de un millón de veces solo en Estados Unidos. Más del 60% de todos los pozos de petróleo y gas, son perforados mediante fracking.
Primero, se excava un pozo a varios metros de profundidad en la tierra. De ahí, se excava un hoyo horizontal hacia la capa de roca que contiene el gas. Luego, el fluido de fracking se bombea en la tierra usando bombas de alta capacidad.
En promedio, el fluido consiste de 8 millones de litros de agua lo que se aproxima al consumo diario de 65 mil personas. Además varios miles de toneladas de arena y 200 mil litros de químicos. La mezcla penetra en la capa de roca y produce innumerables pequeñas fracturas. La arena previene que las fracturas se cierren nuevamente.
Los químicos realizan varias tareas entre otras cosas, condensan el agua, eliminan bacterias o disuelven minerales. Luego, la mayoría del líquido de fracking, se extrae. Y ahora se puede recuperar el gas natural. Tan pronto como se agota la fuente, el pozo se sella. Como regla, el líquido de fracking se bombea de nuevo a las capas subterráneas profundas y se sella ahí.
El fracking no solo consume grandes cantidades de agua dulce, sino que también el agua se contamina y es altamente tóxica. La contaminación es tan severa, que el agua no se puede limpiar en una planta de tratamiento.
Aunque el peligro se conoce y en teoría se podría manejar, en los Estados Unidos ya se han contaminado fuentes debido a la negligencia. Nadie sabe aún cómo se comportará el agua atrapada en el futuro, ya que no se ha realizado ningún estudio a largo plazo sobre el tema.
Los químicos utilizados en el fracking varían de los peligrosos a los extremadamente tóxicos y carcinógenos, como el benceno o el ácido fórmico. Las compañías que usan fracking no revelan nada sobre la composición exacta de la mezcla química. Pero se sabe que existen alrededor de 700 agentes químicos diferentes que se pueden usar en el proceso.
El gas natural extraído por fracking consiste principalmente de metano, un gas de efecto invernadero que es 25 veces más potente que el dióxido de carbono. El gas natural es menos dañino que el carbón al ser quemado. Sin embargo, los efectos negativos del fracking en el balance climático son más grandes.
Primero, el fracking requiere un gran consumo de energía.
Segundo, los pozos se agotan rápidamente y es necesario excavar hoyos de fracking más frecuentes que los pozos de gas tradicionales.
Además, 3% del gas extraído se pierde en el proceso y escapa hacia la atmósfera.
¿Cómo se va a evaluar el fracking y sus beneficios esperados, cuando las ventajas están en balance con las desventajas?
Cuando se usa apropiadamente, esta técnica ofrece una manera de corto y mediano plazo para suplir la demanda por energía de bajo costo. Pero las consecuencias a largo plazo del fracking son imprevisibles y el riesgo para nuestra agua para el consumo no se debe subestimar.