Determinan nuestro clima y mucho más. Las corrientes oceánicas y los sistemas de viento, transportan calor desde el Ecuador hasta los polos. Y funcionan como un gran motor para el clima global. En los océanos, existen numerosas corrientes.
La llamada cinta transportadora oceánica es muy importante para nuestro clima. Este término describe una combinación de corrientes, que dan como resultado que cuatro de los cinco océanos globales, intercambien agua entre sí. Forman un sistema de circulación mundial.
Donde "termo" se refiere a la temperatura y "halina" al contenido de sal del agua. Ambos determinan la densidad del agua. Mientras que las masas de agua pueden ser movidas en parte por el viento, las diferentes densidades de los océanos globales son responsables de su movimiento.
El agua caliente tiene menor densidad y sube. Mientras que el agua fría se hunde. La densidad del agua también aumenta con un mayor contenido de sal. En el Ecuador, el calor del sol es especialmente fuerte, lo que provoca una gran evaporación, por lo tanto, un aumento en el contenido de sal del agua. Ahí es donde comienza la Corriente del Golfo.
Su longitud de 10 mil kilómetros la convierte en una de las corrientes más cálidas, grandes y rápidas de la Tierra. A aproximadamente 2 metros por segundo trae hasta 100 millones de metros cúbicos de agua por segundo hacia Europa. Un viento que sopla constantemente, los vientos alisios del sureste, impulsa el agua superficial cálida hacia el noroeste, hacia el Golfo de México, donde se calienta hasta 30 grados Celsius.
El giro de la Tierra y los vientos del oeste, dirigen la Corriente del Golfo hacia Europa y la dividen. Una parte fluye hacia el sur, otra hacia el este hasta la Corriente de Canarias y una tercera parte fluye hacia el norte donde libera mucho calor a la atmósfera como la Corriente del Atlántico Norte. El agua se vuelve más fría allí.
Su contenido de sal y su densidad aumenta debido a la evaporación y descienden entre Groenlandia, Noruega e Islandia. Allí también encontramos la cascada más grande de la Tierra. Las llamadas Chimeneas, pilares de aproximadamente 15 kilómetros de ancho con caída de agua hasta 4 mil metros.
17 millones de metros cúbicos de agua por segundo, o aproximadamente 15 veces más agua, que la que transportan todos los ríos del mundo. Esto crea una fuerte vorágine, que constantemente atrae agua nueva y es la razón por la cual la Corriente del Golfo se mueve hacia Europa. Innumerables especies utilizan la Corriente del Golfo como medio de transporte en sus viajes desde el Caribe hacia las zonas del norte.
300 millones de kilovatios por segundo de energía. También viene con una enorme cantidad de aire caliente. Para producir el mismo calor que lleva a las costas de Europa, necesitaríamos un millón de centrales nucleares. Por eso también llamamos a la Corriente del Golfo “la bomba de calor”.
Sin estas, la temperatura sería significativamente más fría, al menos entre 5 y 10 grados Celsius. En lugar de campos exuberantes, en Europa tendríamos largos inviernos y escasos paisajes cubiertos de hielo.
Científicos y expertos en los medios de comunicación han expresado repetidamente el temor de que la Corriente del Golfo se detenga debido al cambio climático. Porque si los casquetes polares se derritieran, el contenido de sal en el agua de Groenlandia caería, al igual que su densidad.
La Corriente del Atlántico Norte ya no sería lo suficientemente pesada, por lo que no se hundiría como de costumbre. En el peor de los casos, eso detendría la Corriente del Golfo, nuestra bomba de calor. Algunos expertos en clima también suponen que el cambio climático podría compensar este efecto.
Sabemos que puede ser normal que el clima cambie al observar el desarrollo de la Tierra durante los últimos millones de años. Hay edades de hielo y períodos cálidos. En la última edad de hielo, una gigantesca inundación de agua derretida paralizó la corriente del Atlántico Norte que trae calor, cubriendo el hemisferio norte con hielo.
Los científicos tienen diferentes puntos de vista sobre el impacto que tendrá el cambio climático en la cinta transportadora oceánica global, pero una cosa está clara: Cuando cambie el clima, entonces el complejo sistema de corrientes oceánicas y vientos, que se ha mantenido bastante estable desde la última edad de hielo, cambiará de formas que aún no comprendemos.